El oscuro pasado de Jorge Lanata: Fundó Página/12 con plata robada por el terrorista Gorriarán Merlo

En los 80, el periodista de Clarín recibió un millón de dólares del ex guerrillero del ERP Enrique Gorriarán Merlo para lanzar el diario Página/12 que él dirigió. Desde ese medio, incitó la revolución comunista que desencadenó en el copamiento de La Tablada.

Si bien hoy opera como el caballo de batalla más fuerte que le queda al empresario de medios, Héctor Magnetto, el periodista Jorge Lanata tuvo sus orígenes en un lugar muy distinto. Lejos del Grupo Clarín, Lanata empezó su carrera fundando el diario Página/12 junto a Ernesto Tiffenberg.

El diario hoy de cabecera del kirchnerismo fue fundado en 1987 y tuvo sus inicios como un pasquín de extrema izquierda antiperonista, leído principalmente por aquellos militantes comunistas que añoraban todavía la época de la guerrilla.

Esto no fue casualidad. En 1986, Lanata, junto a Alberto Elizalde Leal, quien luego se convertiría en Gerente General del diario, consiguió financiación de nada más y nada menos que del ex guerrillero del ERP y líder del Movimiento Todos por la Patria (MTP), Enrique Gorriarán Merlo.

Los periodistas de izquierda lo endulzaron hablando maravillas de sus proezas del pasado, y Gorriarán Merlo, quien tenía amplios fondos robados de sus acciones guerrilleras en Nicaragua y Paraguay, les regaló un millón de dólares como inversión inicial para lanzar el diario.

Esto no se trata de un rumor o una especulación. Lo reconoció públicamente el propio Gorriarán Merlo, en su libro “Memorias de Enrique Gorriarán Merlo – De los Setenta a La Tablada” publicado en el 2003. 

“Entre esos proyectos del MTP, el principal era el de la creación de Página/12, que, contra todas las opiniones que auguraban un fracaso tras el argumento de que no había espacio para otro diario, se había convertido en una promisoria sorpresa, también para quienes impulsamos su aparición desde el inicio” escribió el ex líder terrorista en la página 496 de su autobiografía.

La idea de origen surgió en el trascurso de unas entrevistas sobre los años sesenta que estaba grabando Jorge Lanata con Fráncisco Pancho Provenzano y Hugo Biafra Soriani, dos militantes del ex PRT-ERP que habían estado en prisión poco antes de la democracia en 1983“, continúa explicando.

En sus conversaciones comenzaron a imaginar la posibilidad sacar un periódico de contrainformación, que diera una visión alternativa de las noticias que se publicaban en los medios tradicionales e incorporara otras que estos evitaban tratar”, añadió uno de los mayores terroristas de la región en los setentas y ochentas.

Tan solo dos años después del lanzamiento de Página/12, Gorriarán Merlo encabezaría un levantamiento guerrillero en plena democracia, atacando el cuartel de La Tablada, donde con un grupo de terroristas comunistas intentó copar una base militar donde entrenaban conscriptos, dejando un saldo de 43 muertos y 4 desaparecidos.

Los artículos que publicaba Lanata en Página/12 en esos dos años entre la fundación del diario y el copamiento de La Tablada, eran abiertamente proguerrilla y suscitaban a levantamientos populares de ese tipo. Lanata escribía tomó la posta de la revista comunista Entre Todos, que si bien apoyaba al MTP era de caracter plural, y lo tiñó de “periodismo serio”.

El propio Gorriarán Merlo habla de la línea editorial de Página/12 en su autobiografía y la compara con la revista militante del MTP. “De los proyectos editoriales que impulsamos, solo Entre Todos revelaba abiertamente nuestra participación. En Página hubiese sido contraproducente. Pero hoy no hay razón para ocultarlo y es útil para mostrar que nuestros esfuerzos estaban centrados en cuestiones esencialmente políticas, y que La Tablada no fue un plan sino una circunstancia hasta poco antes inesperada”, describió el ex jefe guerrillero.

Cuando ocurrió el ataque a La Tablada, un 23 de enero de 1989, la sociedad entera se sorprendió por lo que estaba ocurriendo. Una vez más la guerrilla y el Ejército argentino se enfrentaban en las calles del país y dejaban un baño de sangre a su lado.

Pero el ataque no sorprendió a los lectores de Página/12, por el contrario, Lanata los había estado fogoneando y aclimatando para lo que se venía. El 7 de diciembre de 1988, unos 50 días antes del ataque Pagina/12 publicó una solicitada del MTP, firmada por el propio Gorriarán, que tenía pedido de captura, titulada “Resistamos a la amnistía y el golpe”.

En ella, con un discurso extemporáneo, el líder del MTP alertaban que tanto el gobierno de Alfonsín, como los entonces candidatos Carlos Menem y Eduardo Angelóz buscaban una “amnistía” e “indultos” para todos los altos mandos militares procesados por delitos de lesa humanidad. Y advertían que “como todo esto no terminó, el pueblo sabe que tiene que confiar en sus fuerzas, y estar alerta para aislar a los insurrectos. Para impedirles, mediante la Resistencia Civil, que atenten contra la democracia”.

Esto no fue todo. Pronto el “Perro”, Horacio Verbitsky, se sumaría a las páginas de Página para fogonear un “inminente” golpe militar y daba el marco teórico para el levantamiento del MTP. Verbitsky escribiría hacia fines de 1988, que “los sediciosos estarían en condiciones de controlar el Ejército en 1989 y entonces imponer sus condiciones o destituir a las autoridades legales. La sociedad parece cada día más dispuesta a tomar su destino en sus manos y ejercer la democracia sin aceptar más tutelas, ni de los carapintadas ni del gobierno”.

Página no aflojaría y el 29 de diciembre, durante las fiestas, Lanata salió a la carga con la tesis del inminente golpe militar-menemista, y publicó una entrevista a Jorge Baños, dirigente del MTP y abogado del CELS, que poco antes había firmado la solicitada con Gorriarán, titulada “Los militares se preparan para salir de nuevo“.

En ella, Baños, que pocos días antes había presentado una denuncia por un supuesto intento de golpe por parte de los carapintadas, advertía una vez más que las Fuerzas Armadas se estaban por levantar en armas contra el débil gobierno de Alfonsín, y que había que tomar cartas en el asunto.

El 4 de enero, pleno verano, Lanata no se tomó vacaciones y seguía con su prédica revolucionaria, publicando una columna de Pablo Bergel donde arengaba: “La democracia no es indefensa: la vuelven indefensa quienes vacilan y renuncian a la iniciativa y movilización. Lo más impactante de la última sublevación militar no fue su poder y despliegue propio sino la declaración de impotencia reiterada de los supuestos jefes leales y la parálisis de la clase dirigente ante la emergencia….Para ello podría convocarse a una jornada de resistencia civil, con la participación de los partidos democráticos, CGT, organismos de derechos humanos, movimientos barriales, sociales, culturales, cooperativas, etc. Cada grupo de resistencia tratará de establecer en su área de influencia una hipótesis de amenaza a la democracia, y referenciar sus acciones, grandes o mínimas, en relación con dichas hipótesis elaborando diagramas de contingencias factibles”.

El 17 de enero, cinco días antes del copamiento el cuartel, ya como un órgano de propaganda política del MTP, Carlos Alberto “Quito” Burgos, otro reconocido dirigente del MTP que participó del ataque, editor de la revista Entre Todos, publicó el artículo titulado “Un secreto a voces, donde el dirigente del MTP evoca una teoría conspirativa en la que el coronel retirado Mohamed Alí Seineldín haría un golpe de Estado contra Alfonsín el 24 de enero, para conmemorar el 24 de marzo.

El Movimiento Todos por la Patria anunció un nuevo intento golpista encabezado por el coronel Mohamed Alí Seineldín con el apoyo del candidato justicialista Carlos Saúl Menem y Lorenzo Mariano Miguel, secretario de las 62 Organizaciones. Como publicó Página/12, voceros de ambos dirigentes rechazaron las acusaciones. Estas mismas versiones o similares son analizadas por el oficialismo, la oposición, los organismos de Derechos Humanos y medios sociales. En muchos de esos lugares se habla nuevamente de una fecha: la del 24 de enero”, vaticinaba Burgos en una columna publicada en Página/12.

La promoción de lo que fue una verdadera masacre en suelo argentino, alcanzó su cúspide el domingo 22 de enero, 24 horas antes del copamiento del cuartel. Ese domingo, dos días antes del supuesto golpe carapintada anticipado por Burgos, cuando más se lee el diario, en su tapa, cuyo diseño era resonsabilidad máxima de Lanata, Pagina/12 publicó una infame nota titulada “Más Vale Prevenir que Curar”, llamando abiertamente a una revolución guerrillera.

El copete de la nota decía: “Reunida en Mar del Plata para dar los últimos toques a su campaña, la conducción peronista tampoco descarta una remezón militar”O sea, además de apoyar explícitamente el inminente arribo de un golpe, el ahora periodista republicano de Clarín, le estaba diciendo a los militantes del MTP, lectores número uno de su diario, ‘vamos a tomar el cuartel porque se puede venir algo peor‘.

Como si esto fuera poco, unas páginas adentro, el diario de Lanata tenía otra nota sobre el teórico levantamiento de las Fuerzas Armadas, sin firma pero que salió con el visto bueno del ahora conductor de PPT. Se titulaba provocativamente “Con uno Ojo en los cuarteles”.

En ellas se informaba que “el peronismo reunido en Mar del Plata intercambiaron información sobre posibles rebrotes de descontento militar”. Y más abajo, otra nota con título imperativo “Estemos prevenidos y unidos”. Todo invitaba a una delirante aventura fomentada por un creativo Jorge Lanata.

Toda esta locura comunista desencadenó el peor ataque de la historia en democracia contra las instituciones. El lunes 23 de enero, a las 5.30 de la madrugada, un grupo de 70 terroristas del MTP, encabezados por Gorriarán Merlo, se dirigió a La Matanza, provincia de Buenos Aires, e ingresó por la fuerza en el cuartel de La Tablada.

Gorriarán Merlo, quien ya sabía bien el refrán de que un “soldado que huye, sirve para otra guerra”, decidió no entrar al cuartel a último momento, supuestamente para ejercer la conducción estratégica del enfrentamiento desde afuera. Gorriarán aseguraba que su objetivo era llamar la atención de los medios de comunicación, y desencadenar una “insurrección popular”, que impidiera ese golpe de Estado militar que Lanata estaba jurando que iba a ocurrir al día siguiente.

El saldo: 32 guerrilleros del MTP, 9 soldados del Ejército (todos jóvenes que estaban haciendo la colimba) y 2 policías muertos. Entre estos, Baños y Burgoslos dos dirigentes del MTP que día antes habían escrito en Página/12.

Quien sí se salvó del ataque terrorista fue Gorriarán Merlo, quien mientras sus compañeros eran acribillados y secuestrados, se dio a la fuga y logró huir al exterior, donde estuvo prófugo hasta el año 1996 en México, cuando fue capturado luego de una denuncia de su propia esposa, a quien había abandonado en Cuba unos meses antes.

Esta información quizás sorprenda a los lectores, no muchos saben este pasado oscuro de Lanata. No es casualidad. Después del terrible fiasco que resultó los 2 años de operaciones medíaticas a través de Página/12, Lanata decidió actuar amnesia y nunca más volvió a hablar del tema en su diario.

El 24 de enero, día después del ataque y fecha en la que todos los lectores de Página/12 estaban esperando que suceda el golpe de Seineldin, Lanata decidió desdecir completamente todas las tapas de sus anteriores ediciones y salió a repudiar al MTP, a desconocer a Gorriarán Merlo y a condenar la retórica revolucionaria.

Lanata publicó una gran tapa sobre el tema, que puede verse abajo, con un título casi para los anales del anti-periodismo al no decír absolutamente nada: “Lugar común, la muerte”. Por encima, una volanta por demás equilibrada tipo La Nación que decía: “Un grupo comando asaltó el Regimiento 3 de La Tablada. Decenas de muertos y heridos. Condena unánime de todo el espectro político”.

Es decir, para el periodista, de golpe el MTP cuyos dirigentes y su financista Gorriarán Merlo publicaban en Pagina/12, eran “un grupo comando” desconocido que tomó a todo el país por sorpresa.

A partir de ese día, Lanata sellaría su destino: más que contar la verdad, buscaría quedar bien parado; más que expresar sus ideas, operaría a la sociedad hacia donde el dinero lo dicte; más que periodista, sería mercenario. Lanata empezaría ese mismo día y con esa misma tapa, su larga carrera de ensobrado.

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