En las últimas horas, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, aceptó que Estados Unidos pueda deportar a su país a migrantes indocumentados que cometan crímenes graves y ofreció también sus cárceles para albergar a peligrosos delincuentes de nacionalidad estadounidense que estén presos.
Así lo anunció el secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, tras casi tres horas de reunión con Bukele en la finca que el mandatario salvadoreño tiene en el lago de Coatepeque.
De esta manera, Rubio indicó que acordaron que El Salvador acepte “la deportación de extranjeros ilegales en Estados Unidos que sean criminales de cualquier nacionalidad, ya sean del M-13 o del Tren de Aragua, y alojarlos en sus cárceles”.
Asimismo, también sorprendió al revelar que Bukele incluso se ofreció a “albergar en sus cárceles a criminales estadounidenses peligrosos” que estén presos en el país norteamericano, tanto los que tienen ciudadanía como los que tienen residencia legal en Estados Unidos.
“Ningún país ha hecho jamás una oferta de amistad como esta”, declaró Rubio ante la prensa y explicó que este mismo lunes habló con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Afirmó que la oferta de Bukele es “solo una señal del increíble amigo” que es para los Estados Unidos.
También firmaron un tratado
Los Gobiernos de El Salvador y los Estados Unidos firmaron un Memorándum de Entendimiento para fortalecer la cooperación en el ámbito de la energía nuclear civil, información fuentes oficiales. “Ambas naciones reafirmaron su compromiso con el Tratado de No Proliferación Nuclear y con la promoción de una cooperación nuclear civil pacífica y responsable”, indicó la Presidencia de El Salvador en sus redes sociales.
Los gobiernos anunciaron que trabajarán en conjunto en el desarrollo y la implementación de soluciones energéticas que contribuirán a la seguridad energética de El Salvador y favorecerán la cooperación mutua en áreas como la seguridad nacional, energía nuclear, avanzada y gestión de residuos radiactivos.
El acuerdo incluye la cooperación en el desarrollo de infraestructura nuclear, el fortalecimiento de las capacidades regulatorias y científicas, y la promoción de proyectos conjuntos en investigación y desarrollo, con el fin de impulsar el uso responsable de la energía nuclear en El Salvador y la región. “El memorándum no crea obligaciones legales, y las actividades serán realizadas de acuerdo con las leyes nacionales de ambos países y con la disponibilidad de recursos asignados”, detalló la fuente.
El convenio entra en vigor con su firma y tiene una duración sujeta a revisión mutua, agregó, según informaciones de la agencia de noticias Xinhua.
Este artículo se publicó primero en Mendoza Today.